jueves, 4 de octubre de 2007

El calibre de las armas

Detrás de los cristales
palidece la memoria de otro tiempo,
los objetos más simples de una época
que la historia quiso elegir,
la crudeza y la claridad
que hacen a las cosas eternas.
Voy por los museos
tras la huella de un pasado
que da sentido a esta hora,
busco en mi vida
el destello inconfundible
que anuncie el momento del cambio,
la cegadora luz de entonces
(los bailes de fin de año,
el lenguaje de una adolescente
—su rostro de cabellos cortos
en el interior del papel—
el calibre de las armas,
las palabras del Maestro a la emigración,
la multitud manifiestamente inmóvil
sobre la tierra húmeda)
Las galerías están desiertas
y en el patio de losas
siento venir los meses de invierno.
Respiro el aire en que convergen
los tiempos de la isla,
busco un momento en mi vida:
el destello inconfundible que anuncie
el principio del cambio.
La crudeza y la claridad
que dan a las cosas comunes
el fuego de lo eterno.


EDEL MORALES

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