jueves, 4 de octubre de 2007

Ciudad de todos los domingos

Querría quedarme en esta ciudad:
su manera de reír me gusta ciertamente.

Una eternidad cruza hacia los bailes,
deja en mi mano un vaso de cerveza,
unas músicas duras, y las puertas de la casa,
abiertas, con héroes y borrachos palabreando,
friendo carne, brindándose la vida
alrededor del fuego.

¿Quién hizo más por el país?
Escucho esa pregunta desde mi ventana de pasajero
y siento lo efímero de las verdades eternas.

Yo querría quedarme en esta ciudad
que grita en el tiempo pálido,
mientras cruza jugando hacia los bailes.


EDEL MORALES

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